- Hoteles con encanto
- Amplia terraza
- Alta gastronomía
Un enclave paradisíaco rodeado de montañas y situado muy cerca de las principales pistas de esquí de la región, lo que invita a gozar de unas vacaciones de boda inolvidables.
El paisaje natural que rodea el hotel fascina a todas las parejas que tienen como principal deseo casarse en plena naturaleza, ya sea acompañados del espectacular manto de nieve del invierno o de la calidez del sol del verano, que ilumina las montañas de los Pirineos y la impresionante Peña Oroel.
Los invitados de boda podrán completar su estancia antes o después de la ceremonia practicando deportes de aventura, jugando al golf en el campo de 18 hoyos o esquiando en las pistas de Astún, Formigal o Panticosa. Otro de los atractivos de la zona es visitar el Parque Nacional de Ordesa y el Monte Perdido.
Importante centro turístico y de deportes de invierno, Jaca atesora un notable legado monumental que refleja sus más de dos mil años de historia. La ciudad posee una de las primeras catedrales de estilo románico del país, fechada en el siglo XII, y su casco histórico es uno de las más atractivos y mejor conservados de Aragón. La Ciudadela, la Torre del Reloj o sus edificios modernistas son ejemplos de su impresionante legado arquitectónico.
De obligada parada para los novios, en el monasterio viejo de San Juan de la Peña reside la memoria del origen de Aragón. En su interior reposan sus primeros reyes, así como la huella del esplendoroso pasado aragonés. Cobijado bajo la misma roca del monte Pano, el monasterio ofrece algunas de las joyas del románico aragonés, como su claustro exterior.
Si entre los invitados de boda hay amantes de las excursiones por la naturaleza más imponente, el Parque Nacional de Ordesa es una apuesta segura. En sus más de 15.000 hectáreas se encuentran hasta cuatro valles distintos, cada uno con sus propias peculiaridades. El macizo del Monte Perdido domina su orografía con la cima de Las Tres Sorores.